La líder opositora venezolana María Corina Machado ha sido galardonada este viernes 10 de octubre con el Premio Nobel de la Paz 2025, en reconocimiento a su incansable lucha por la democracia, los derechos humanos y la libertad en Venezuela. El Comité Noruego del Nobel destacó su papel como figura unificadora en una oposición históricamente dividida, su resistencia pacífica frente a la represión del régimen de Nicolás Maduro y su compromiso con una transición justa y democrática.
¿Qué significa este premio para Venezuela?
Este galardón representa mucho más que un reconocimiento individual. Es una señal clara de que el mundo no ha olvidado la crisis humanitaria, el éxodo masivo y la represión política que han marcado la vida de millones de venezolanos. Machado, quien ha permanecido en el país pese a amenazas contra su vida, se ha convertido en símbolo de esperanza y dignidad para quienes sueñan con una Venezuela libre y soberana.
“Estoy en shock”, declaró la líder al recibir la noticia. Su reacción refleja no solo la sorpresa, sino la carga emocional de una trayectoria marcada por persecuciones, inhabilitaciones políticas y campañas de desprestigio. A pesar de ello, ha liderado movimientos como Vente Venezuela y Soy Venezuela, ha formado miles de voluntarios para vigilar elecciones y ha denunciado ante organismos internacionales los abusos del régimen.
Reacciones internacionales
El premio ha generado una ola de apoyo global. El expresidente colombiano Iván Duque calificó a Machado como “un ejemplo para toda la región y el mundo”. El canciller alemán Friedrich Merz expresó que “la democracia vive gracias a la valentía individual” y elogió su lucha por el Estado de derecho. Desde Oslo, el presidente del Comité Nobel, Jørgen Watne Frydnes, afirmó que Machado “mantiene viva la llama de la democracia en medio de una creciente oscuridad”.
Un llamado al mundo
Este Nobel no debe ser solo un aplauso simbólico. Es un llamado urgente a rodear a quienes defienden la democracia con valentía, a proteger sus vidas, amplificar sus voces y exigir condiciones reales para elecciones libres. Venezuela necesita más que solidaridad: necesita acción diplomática, presión internacional y acompañamiento ciudadano.
Machado ha sorteado todo para contarle al mundo los horrores del autoritarismo, el dolor del desplazamiento masivo y la urgencia de recuperar la soberanía. Hoy, el mundo la escucha. Que no deje de hacerlo.