La madrugada del 10 de octubre de 2025, el Congreso del Perú destituyó de manera exprés a la presidenta Dina Boluarte por “incapacidad moral permanente”, con 122 votos a favor de un total de 130. La decisión se tomó en medio de una creciente ola de inseguridad, escándalos de corrupción como el “Rolexgate”, y denuncias de vínculos con el prófugo Vladimir Cerrón. Minutos después, José Jerí Oré, entonces presidente del Congreso, juró como presidente interino y gobernará hasta el 28 de julio de 2026, fecha prevista para la entrega del poder tras las elecciones generales de abril.
Consecuencias para Colombia:
• Incertidumbre diplomática: La salida abrupta de Boluarte y el ascenso de Jerí, quien enfrenta cuestionamientos por una denuncia archivada de abuso sexual, podrían alterar los canales de diálogo entre Bogotá y Lima. Aunque no se prevé una ruptura formal, la transición podría ralentizar acuerdos bilaterales en seguridad fronteriza y comercio.
• Migración y seguridad regional: Colombia ha sido destino de migrantes peruanos en situación vulnerable. La crisis política podría intensificar estos flujos, especialmente si se agrava la violencia en Perú. Esto exige coordinación entre autoridades migratorias, de derechos humanos y organismos internacionales.
• Impacto en la Comunidad Andina: La inestabilidad en Perú afecta el funcionamiento del bloque regional. Colombia, como miembro activo, podría asumir un rol más protagónico en la defensa de la institucionalidad democrática y la reactivación de mecanismos de integración.
• Reacciones políticas: El presidente Gustavo Petro se pronunció sobre la destitución, calificándola como una “traición pagada con traición” y cuestionando la legitimidad del encarcelamiento de Pedro Castillo. Este posicionamiento podría tensar las relaciones con el nuevo gobierno peruano, que representa sectores conservadores.
Claves para el seguimiento:
• ¿Cómo se posicionará Colombia frente al presidente interino José Jerí?
• ¿Qué papel jugará la diplomacia colombiana en la reconfiguración del liderazgo andino?
• ¿Se activarán protocolos regionales ante posibles desplazamientos humanos?
“Desde Bogotá, Rosa Quispe, migrante peruana, observa con angustia la destitución de Dina Boluarte: ‘Nos fuimos por miedo, y ahora el miedo sigue allá. Solo queremos estabilidad para volver’.” Su voz se suma a la de miles que han cruzado fronteras buscando refugio ante una crisis que se arrastra desde el intento fallido de autogolpe de Pedro Castillo en diciembre de 2022, seguido por la represión de protestas, el escándalo del Rolexgate y el debilitamiento institucional.
La destitución de Boluarte no cierra el ciclo, lo prolonga. Para Colombia, el reto será responder con humanidad y estrategia ante una región que sigue buscando su equilibrio.








