El Gobierno Nacional y el autodenominado Estado Mayor Central (EMC) de las disidencias de las antiguas Farc acordaron el cese el fuego bilateral y temporal de carácter nacional, con monitoreo y verificación, que estará vigente por tres meses, desde la medianoche de hoy y hasta la misma hora del 15 de enero de 2024.
“En consecuencia, se ordena la suspensión de las operaciones militares ofensivas y las operaciones especiales de la Policía Nacional en contra de los integrantes del Estado Mayor Central de las Farc-Ep” durante ese lapso, dice el Decreto 1684 del 16 de octubre de 2023, firmado por el presidente Gustavo Petro Urrego.
La firma del cese el fuego se realizó en el Club El Barquito, en Tibú, Norte de Santander, donde las dos delegaciones de paz se reunieron este lunes, tal como habían acordado el pasado 8 de octubre en el mismo sitio, cuando decidieron aplazar una semana la instalación de la mesa de diálogos y la formalización del cese el fuego bilateral.
En la instalación del evento, el Alto Comisionado para la Paz, Danilo Rueda, dijo que asumían frente a las delegaciones presentes, la comunidad internacional y la comunidad de la región “el compromiso de llevar a buen término la construcción de la paz con esta plural, hermosa, inteligente capacidad de delegación que ha designado nuestro presidente Gustavo Petro”.
Agregó el funcionario que este “es un acuerdo para el respeto a la población civil y la implementación del cese el fuego bilateral, temporal, de carácter nacional con impacto territorial entre el Gobierno y el EMC”.
Los objetivos
Entre los principales objetivos del acuerdo suscrito entre las partes figuran:
1 Respetar la vida en todas sus formas, los derechos y libertades de la población civil, el territorio y el ambiente, en particular de los grupos de especial protección constitucional, incluidos los firmantes de los Acuerdos de Paz.
2 Evitar las afectaciones a la población civil y sus bienes protegidos.
3 Promover la pedagogía y la participación de la población, las comunidades y las organizaciones en libertad plena.
4 Cesar el fuego y suspender las operaciones militares ofensivas entre las partes.
5 Facilitar las condiciones de funcionamiento de la mesa de diálogo.
6 Crear las condiciones para el cumplimiento de los acuerdos, y
7 El libre desarrollo de las elecciones territoriales del próximo 29 de octubre y respeto por sus resultados.
Además, el decreto establece que la Fuerza Pública “no suspenderá ninguna de las acciones que desarrolla en contra de las economías ilegales, y seguirá con el cumplimiento de su misión legal y constitucional” de preservar la integridad del territorio, garantizar el orden y hacer respetar los derechos y libertades públicas.
También se crea un mecanismo de veeduría, monitoreo y verificación del cese el fuego y se realizará una campaña nacional de difusión, socialización y pedagogía sobre el cese el fuego.
El reto de la Paz Total
Previo a la instalación de la mesa de diálogos y de firmar el decreto de cese el fuego, el presidente Gustavo Petro escribió en su cuenta de la red social X (antes Twitter) que “No podemos lanzar un mensaje coherente de paz al mundo si nos matamos entre nosotros mismos”.
Por su parte, el jefe de la delegación de paz del Gobierno, Camilo González Posso, dijo que el reto de la Paz Total de este Gobierno “es culminar pacíficamente la tarea histórica de sacar las armas de las luchas por poder y por riqueza”.
González aseguró que “no hay un solo libreto para las soluciones negociadas, ni recetas infalibles, ni fórmulas lineales, ni certidumbres. Pero sí hay un precepto ético que obliga a escoger el camino que signifique optimizar la ganancia en vida, en disminución de daño y victimización”.
El jefe de la delegación del Gobierno defendió el cese el fuego bilateral tras advertir que “es preferible iniciar el camino sin ruido de las armas, prohibiendo agredir y matar, que recorrer un camino de muerte hasta que se logre pactar una solución definitiva al conflicto armado”.
Y concluyó que la paz de Colombia también equivale a “la superación del fanatismo armado, y del desarmado, que es la ideología de la intolerancia de quienes deciden imponer a otros sus creencias totalitarias atribuyéndose la potestad de matar al distinto”.