Desde las 6:00 a.m., decenas de usuarios de la Nueva EPS se congregan frente a la sede administrativa del régimen subsidiado en Cabecera, exigiendo soluciones urgentes ante lo que califican como una “crisis humanitaria silenciosa” en el sistema de salud. El plantón, convocado por el Comité de Usuarios de Santander, denuncia la interrupción de tratamientos vitales, el desabastecimiento de medicamentos y la demora sistemática en citas médicas.
Según Jaime Castro, vicepresidente de la Asociación de Usuarios Nueva EPS, “hay pacientes crónicos que están en vilo, sin acceso a sus tratamientos, porque la EPS no paga a las IPS. La vida de muchos está en riesgo”.
La regional Nororiente de Nueva EPS atiende a 1.800.000 personas, de las cuales 1.200.000 son de Santander. El 48% son adultos mayores, en su mayoría pensionados, y 600.000 pertenecen al régimen subsidiado. “Estamos abandonados. El gobierno no está garantizando el derecho a la salud. Muchos no tienen cómo pagar sus medicamentos”, expresó uno de los manifestantes.
La renuncia de Giovanni Rubiano a la Superintendencia Nacional de Salud, tras once meses en el cargo, también fue mencionada por los voceros del sector como un factor de inestabilidad. “Entra y sale personal directivo, no hay solidez administrativa y eso se refleja en la atención a los usuarios”, agregó Castro.
Los manifestantes exigen al Gobierno Nacional garantizar el acceso oportuno a los servicios, saldar las deudas con las instituciones prestadoras de salud y frenar el deterioro de un sistema que, según ellos, está dejando a miles de colombianos al borde de la muerte.
“Nos sentimos traicionados por el Gobierno Nacional”, expresó una usuaria durante el plantón. “No pagan las deudas a las IPS, no garantizan nuestros tratamientos, y encima cambian de funcionarios como si la salud fuera un juego de sillas. ¿Cómo va a haber continuidad si cada mes hay un nuevo director?”. Otro manifestante, paciente con enfermedad renal, agregó: “La renuncia del superintendente solo confirma que no hay voluntad política. Estamos pagando con nuestra vida la negligencia del Estado”.








