Feiber Steven Maldonado Serrano, de 28 años, lucha por su vida en el Hospital Universitario de Santander. Los médicos han confirmado que presenta muerte cerebral, luego de recibir dos disparos—uno en la cabeza—durante un ataque sicarial ocurrido la noche del sábado 13 de septiembre en el barrio Comuneros.
Según las autoridades, Maldonado iba como pasajero en una motocicleta junto a su esposa y un amigo, quien habría estado involucrado en una riña entre mototaxistas horas antes. El grupo fue perseguido por dos hombres armados en otra moto, que abrieron fuego en plena vía pública. Aunque los acompañantes salieron ilesos, Maldonado recibió los impactos más graves.
La hipótesis principal apunta a un error fatal: Feiber no era el blanco del atentado, pero terminó siendo la víctima. “Estaba en el lugar equivocado, en el momento equivocado”, relató Ysmael José Romero Ibarra, testigo del hecho.
Este caso se suma a una preocupante escalada de violencia en Bucaramanga, donde los ataques sicariales se han vuelto recurrentes. La ciudadanía exige respuestas, mientras la familia de Feiber clama justicia por un error que les arrebató toda esperanza de recuperación.
La Policía Metropolitana continúa con las investigaciones, pero hasta el momento no se reportan capturas. La ciudad, entre el dolor y la indignación, vuelve a preguntarse: ¿cuántos inocentes más deben caer antes de que se garantice seguridad real?