Con el lema “Es tiempo para la paz en Santander”, la Gobernación de Santander, a través de la Secretaría del Interior y en articulación con Indersantander y la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), celebró con éxito el Torneo de Fútsal por la Reincorporación y la Paz.
Durante cuatro semanas consecutivas, este espacio deportivo reunió en la cancha a:
• Firmantes del acuerdo de paz
• Personas en proceso de reincorporación
• Miembros de la Fuerza Pública en la JEP
• Mujeres, jóvenes y sus familias
Más que una competencia, fue una fiesta de integración social, liderazgo y reconciliación, donde el deporte se convirtió en puente para el diálogo, la convivencia y la superación de estigmas.
Equipos con propósito
Se conformaron seis equipos con nombres simbólicos:
• Los Azulejos
• Fuerza Renacer
• Veteranos FFPP
• Tigres
• Las Chicas Superpoderosas
• Las Doncellas de la Paz
Cada jornada dominical fue una oportunidad para compartir, construir confianza y fortalecer el tejido social. Además, se garantizó un enfoque diferencial que incluyó la participación de mujeres e integrantes de grupos étnicos del Magdalena Medio.
Un evento para toda la familia
Niños, jóvenes y adultos participaron en actividades lúdicas y deportivas, convirtiendo el torneo en un verdadero encuentro comunitario. Los trofeos fueron entregados por el secretario del Interior de Santander, MG (R) Oscar Hernández, como símbolo del compromiso institucional con la paz y la inclusión.
Durante el Torneo de Fútsal por la Reincorporación y la Paz en Santander, las voces de los participantes fueron el verdadero motor del encuentro. Uno de los firmantes del acuerdo expresó: “Nunca imaginé volver a jugar con miembros de la Fuerza Pública; hoy compartimos la misma camiseta y el mismo sueño.” Una joven del equipo femenino “Las Chicas Superpoderosas” compartió: “Aquí nos sentimos visibles, fuertes y capaces. Este torneo nos dio voz.” Incluso un miembro de la Fuerza Pública en la JEP comentó con emoción: “Ha sido sanador. Hemos aprendido a vernos como aliados en la construcción de paz.” Estos testimonios revelan que más allá de goles y trofeos, en Santander se está escribiendo una historia de reconciliación con corazón colectivo.








