Tras el éxito del proyecto de embellecimiento de parques mediante justicia restaurativa, la Alcaldía de Bucaramanga lanza una segunda fase que redefine la reintegración social: ahora, los privados de la libertad de la cárcel Modelo aportan al bienestar colectivo con sus propias manos.
A través de un convenio institucional, parte del mobiliario que el municipio destina a escuelas, bibliotecas y espacios públicos será elaborado por los reclusos, quienes reciben herramientas, capacitación y una oportunidad concreta de generar ingresos.
“Visité el taller y quedé gratamente sorprendido. Estos hombres tienen talento, ganas de superarse, y una voluntad que merece ser reconocida y respaldada,” expresó un vocero municipal.
Este proyecto no solo embellece la ciudad. También reconstruye trayectorias de vida, les da propósito a quienes buscan segundas oportunidades y pone al servicio de Bucaramanga una fuerza laboral cargada de resiliencia.
“Cuando agarro una herramienta, siento que estoy reconstruyendo mi vida, no solo una silla,” dice Mauricio, uno de los internos del taller. “Nunca pensé que mi trabajo pudiera estar en una biblioteca pública, y eso me da orgullo,” agrega Jhon, otro participante. Para muchos, este espacio se ha convertido en algo más que un taller: es un refugio de dignidad, donde cada tornillo que ajustan es también una oportunidad de redención.









