En medio de la crisis operativa que atraviesa el Sistema Integrado de Transporte Masivo (SITM), el Área Metropolitana de Bucaramanga (AMB) y la gerencia de Metrolínea anunciaron la incorporación de 12 buses duales que comenzarán a circular en los próximos días por el área metropolitana. La medida busca aliviar las dificultades de frecuencia y cobertura que han afectado a miles de usuarios en los últimos meses.
Los vehículos, arrendados a la empresa Transportes Medellín Castilla S.A., cuentan con capacidad para 80 pasajeros y están diseñados para operar en doble modalidad: con puerta izquierda alta para conexión en estaciones troncales y puerta derecha baja para paraderos externos. Esta versatilidad permitirá ampliar parcialmente la cobertura del sistema, aunque las autoridades reconocen que no será suficiente para atender la demanda total.
“Esta flota dual representa una solución inmediata, aunque temporal. Sabemos que no cubre todas las rutas necesarias, por eso seguimos apoyándonos en convenios con el transporte urbano colectivo para garantizar la movilidad de los ciudadanos”, explicó Jhon Manuel Delgado Nivia, director del AMB.
Los buses vienen equipados con rampas para personas con movilidad reducida, conexión Wi-Fi, sistema de combustión ambientalmente amigable y cámaras de videovigilancia internas y externas. Su llegada responde a un contrato de arrendamiento por $2.548 millones, firmado sin licitación pública, lo que ha generado cuestionamientos ciudadanos sobre la transparencia del proceso.
Emiro José Castro Meza, gerente de Metrolínea, defendió la contratación directa argumentando que la empresa, al ser una entidad industrial y comercial del Estado, no está obligada a aplicar la Ley 80. “La urgencia del servicio nos llevó a optar por esta modalidad, que permite iniciar operaciones de inmediato, sin esperar más de un año por una compra nueva”, señaló.
Aunque se prevé que los buses comiencen a operar en octubre, las estaciones del sistema siguen en estado crítico. Varias presentan deterioro estructural, luminarias caídas y validadores inoperantes, lo que pone en riesgo la seguridad de los usuarios y limita la efectividad de la nueva flota.
La estrategia de arrendamiento se plantea como una fase piloto para evaluar el desempeño de estos vehículos antes de considerar una compra definitiva. En paralelo, el AMB trabaja en esquemas de integración con el transporte colectivo urbano, con el fin de corregir las asimetrías en cobertura y frecuencia que afectan la movilidad en Bucaramanga y su área metropolitana.
La llegada de los nuevos buses ha generado reacciones mixtas entre los usuarios. “Es un alivio saber que tendremos más vehículos, pero seguimos esperando rutas que conecten con las universidades. A veces tardamos más de una hora en llegar”, comentó Valentina Rueda, estudiante de la UIS. Por su parte, don Álvaro Gómez, líder barrial de Ciudad Bolívar, expresó que “la comunidad está cansada de esperar soluciones parciales.
Celebramos el esfuerzo, pero necesitamos que nos escuchen en serio, que el sistema funcione para todos, no solo para el centro”. Estas voces reflejan el pulso ciudadano de una movilidad que aún busca ser verdaderamente incluyente y eficiente.








