El gobierno venezolano ha concedido de manera póstuma la nacionalidad venezolana al icónico merenguero dominicano Rubby Pérez, quien falleció en abril de 2025 debido al colapso del techo de la discoteca Jet Set, en Santo Domingo. La noticia fue anunciada por Venezolana de Televisión, canal estatal que registró el encuentro entre el presidente Nicolás Maduro y Zulinka Pérez, hija del artista. Durante el acto, se entregó el decreto oficial de nacionalización junto con una cédula de identidad en honor a su padre.
Además de recibir la ciudadanía venezolana, Rubby Pérez fue distinguido con la Orden José Antonio Abreu en su única clase, un galardón que resalta su impacto en la cultura del país caribeño. La ceremonia tuvo lugar en el Palacio de Miraflores, donde Maduro destacó la trayectoria del intérprete y su profunda conexión con el pueblo venezolano. “Fue un referente indiscutible de la música caribeña, su voz y sus letras acompañaron generaciones enteras”, señaló el mandatario, resaltando el cariño que la nación le profesaba.
Desde los años ochenta, Rubby Pérez se consolidó como una figura esencial en la escena musical latinoamericana, con temas icónicos como Volveré, Sobreviviré y Fui buscando tus besos, canciones que marcaron a varias generaciones y se convirtieron en parte del imaginario festivo de Venezuela. Su hija, Zulinka Pérez, conmovida por el reconocimiento, agradeció al gobierno venezolano por cumplir uno de los grandes anhelos de su padre. “Siempre se sintió dominico-venezolano, porque aquí encontró una segunda patria”, expresó, resaltando el lazo que unió a su familia con el país.
Honrar a alguien únicamente después de su fallecimiento puede tener varias implicaciones, tanto positivas como cuestionables: como un reconocimiento tardío; que puede ser visto como un acto de justicia póstuma, pero también plantea la pregunta de por qué no se otorgó el reconocimiento en vida, cuando la persona aún podía disfrutarlo, o en algunos casos, los reconocimientos póstumos pueden ser utilizados con fines políticos o estratégicos, más que como un verdadero tributo.