Bucaramanga, 1 de octubre de 2025. Un grave hecho de inseguridad sacudió al barrio La Floresta en la madrugada del martes, cuando un grupo de delincuentes ingresó a un edificio residencial, amordazó a varias familias y robó pertenencias de al menos cinco apartamentos. El ataque, que duró cerca de una hora, dejó a la comunidad en estado de shock y reavivó el temor por la creciente vulnerabilidad en zonas residenciales.
Según testimonios de vecinos, los sujetos entraron por la portería principal, aprovechando un aparente descuido en el sistema de seguridad. Una vez dentro, se desplazaron por los pisos con armas cortas, intimidaron a los residentes y los obligaron a permanecer en silencio mientras saqueaban objetos de valor, dinero en efectivo y equipos electrónicos.
“Nos amarraron con cables y nos taparon la boca. No sabíamos si íbamos a salir vivos”, relató una de las víctimas, quien pidió reserva de identidad por seguridad.
Las autoridades llegaron al lugar tras recibir una llamada de emergencia, pero los delincuentes ya habían huido. La Policía Metropolitana de Bucaramanga inició una investigación y revisa las cámaras de seguridad del sector para identificar a los responsables. Hasta el momento no se han reportado capturas.
Este hecho se suma a una serie de robos ocurridos en conjuntos residenciales de la ciudad, lo que ha generado preocupación entre los habitantes y llamados urgentes a reforzar los esquemas de vigilancia privada y comunitaria.
Aunque la nueva administración municipal ha intensificado los operativos de seguridad en el centro y en barrios periféricos de Bucaramanga, los recientes hechos evidencian un preocupante desplazamiento de la delincuencia hacia zonas residenciales de estratos 4, 5 y 6. Lo ocurrido en La Floresta confirma que el asedio criminal no distingue clase social ni ubicación geográfica: hoy, toda la ciudad está bajo amenaza. Esta mutación en las dinámicas delictivas exige una respuesta integral que combine vigilancia estratégica, inteligencia policial y redes comunitarias activas.
¿Cómo proteger tu edificio residencial?
Ante el aumento de robos en conjuntos residenciales, es clave que la comunidad se organice y refuerce sus medidas de protección. Aquí algunas recomendaciones prácticas:
• Fortalezca el control de acceso: Verifique que la portería cuente con protocolos claros para visitantes, domiciliarios y proveedores. Evite ingresos sin autorización escrita o verbal del residente.
• Instale cámaras en puntos estratégicos: Asegúrese de que haya vigilancia visual en entradas, pasillos, escaleras y zonas comunes. Revise que estén funcionando y grabando correctamente.
• Active redes vecinales de alerta: Cree grupos de comunicación interna entre residentes y portería para reportar movimientos sospechosos o emergencias en tiempo real.
• Capacite al personal de vigilancia: Realice simulacros y talleres sobre reacción ante intrusos, manejo de crisis y coordinación con la Policía.
• Ilumine zonas vulnerables: Mantenga bien iluminadas las entradas, parqueaderos y escaleras. La oscuridad facilita el accionar delictivo.
• Revise cerraduras y accesos internos: Refuerce puertas, ventanas y accesos a sótanos o azoteas. Evite dejar llaves en lugares visibles o accesibles.
• Denuncie y documente: Si ocurre un hecho delictivo, recopile evidencia, testimonios y active la denuncia formal. Esto ayuda a las autoridades a identificar patrones y actuar.








