El alcalde encargado de Bucaramanga, Javier Sarmiento, designado por el gobernador Juvenal Díaz tras la salida de Jaime Beltrán, tomó posesión el 27 de octubre de 2025. Apenas ocho días después, el 4 de noviembre, solicitó la renuncia protocolaria de todo su gabinete, una decisión que ha generado controversia en la ciudad.
Sarmiento, designado por el gobernador de Santander tras la salida de Jaime Beltrán por doble militancia, enfrenta ahora el reto de liderar la administración municipal en medio de una transición política marcada por las elecciones atípicas del próximo 14 de diciembre. En ese contexto, la decisión de remover el gabinete ha sido cuestionada por diversos sectores, que consideran que un alcalde encargado debería priorizar la continuidad institucional y no emprender cambios profundos que podrían ser revertidos en pocas semanas.
El alcalde (e) justificó la medida como parte de una estrategia para “evaluar resultados frente al Plan de Desarrollo, fortalecer la gestión y cumplirle a la ciudadanía”. Sin embargo, la decisión ha sido cuestionada por su carácter abrupto y por el corto tiempo que estará en el cargo, ya que las elecciones atípicas para elegir al nuevo alcalde se realizarán el próximo 14 de diciembre.
Desde la administración, se ha defendido la legalidad de la medida, señalando que la evaluación del desempeño de los funcionarios es una atribución legítima, incluso en un periodo corto. Sin embargo, críticos advierten que los nuevos nombramientos podrían enfrentar una curva de aprendizaje innecesaria, justo cuando la ciudad necesita estabilidad y eficiencia en la gestión pública.
En sus primeros días, Sarmiento ha convocado consejos de seguridad, revisado el cumplimiento del Plan de Desarrollo y preparado la administración para la entrada en vigencia de la Ley de Garantías. Aunque aún no se han anunciado todos los reemplazos, su gestión ha estado marcada por una intención de dejar huella en temas de transparencia y orden público, pese al tiempo limitado.
Con las elecciones atípicas programadas para el 14 de diciembre, el nuevo alcalde electo tendrá la potestad de conformar su propio gabinete. En ese sentido, los cambios actuales podrían tener un carácter transitorio, lo que refuerza el debate sobre su pertinencia. Mientras tanto, Bucaramanga observa con atención los movimientos del alcalde encargado, en un momento donde cada decisión puede influir en la percepción ciudadana sobre la institucionalidad local.








