Aunque la inflación nacional mostró señales de desaceleración al cerrar agosto en 5,10 %, Bucaramanga se consolidó como la segunda ciudad con mayor incremento anual del Índice de Precios al Consumidor (IPC), alcanzando un preocupante 5,85 %, solo superada por Pereira (5,97 %).
La variación mensual del IPC en la capital santandereana fue de 0,43 %, muy por encima del promedio nacional (0,19 %). Este repunte se explica principalmente por el aumento en los precios de productos básicos de la canasta familiar, como las zanahorias (36,1 %), artículos para bebés (12,2 %), plátanos (11,4 %) y frutas frescas (10,5 %).
Además, el almuerzo popular o “corrientazo” se convirtió en el principal protagonista de la inflación anual en Bucaramanga, aportando 0,95 puntos porcentuales al indicador. Le siguen los arriendos imputados (0,73 pps), los arriendos efectivos (0,63 pps) y el transporte urbano (0,45 pps).
Este comportamiento inflacionario refleja tensiones en el acceso a alimentos frescos y servicios básicos, y plantea desafíos para los hogares bumangueses, especialmente aquellos con ingresos fijos o informales. En contraste, el dato nacional evidencia una leve mejoría frente al mismo mes de 2024, cuando la inflación interanual era de 6,12 %.