Los presidentes de Colombia y México clausuraron la Conferencia Latinoamericana y del Caribe sobre Drogas ‘Para la vida, la paz y el desarrollo’, que se adelantó en Cali y en la que participaron delegaciones de 33 países del hemisferio incluidas organizaciones internacionales y no gubernamentales, expertos y miembros de la sociedad civil.
El encuentro finalizó con un documento de 10 puntos para contrarrestar de manera integral las consecuencias del problema mundial de las drogas, cambiar el paradigma reconociendo el fracaso de la guerra contra las drogas y promover una Alianza Latinoamericana Antinarcóticos.
1.Se reconoce el valor de las convenciones internacionales en materia de estupefacientes y sustancias sicotrópicas y su tráfico;
2.Se analizaron los acuerdos en los últimos encuentros internacionales y ver cómo se pueden ajustar a las nuevas prioridades;
3.Se reitera la necesidad de contrarrestar de manera integral las consecuencias del problema mundial de las drogas y las causas estructurales, primarias, de desigualdad, pobreza, falta de oportunidades y violencia;
4.Dar prioridad al desarrollo con énfasis en las situaciones de vulnerabilidad con proyectos de vida sostenible y viables, acordes con las realidades de nuestros países; fortalecer los factores de protección comunitaria, pero sobre todo lograr el tránsito hacia actividades lícitas, sin renunciar al compromiso internacional de aceptar el tráfico ilícito de drogas;
5.Se trata de cambiar el paradigma, reconociendo el fracaso de la guerra contra las drogas, identificando cuáles son los temas que debemos abordar con un nuevo paradigma;
6.Se trata de implementar políticas para reducir la demanda a través de prevención universal, selectiva e indicada, con atención a la salud mental, a sus adicciones, a la intervención temprana, al tratamiento, a la atención, la rehabilitación, la recuperación y, sobre todo, afinar nuestros programas educativos con campañas donde participen los propios jóvenes;
7.Romper los nefastos vínculos entre el tráfico ilícito de drogas, la delincuencia organizada trasnacional y especialmente el tráfico de armas de fuego y municiones, que son la otra cara de la moneda de la delincuencia; y la tala ilegal, la trata de personas, el tráfico ilícito de migrantes, el lavado de activos y la corrupción;
8.El medio ambiente, porque por cada kilogramo de metanfetaminas se generan 10 kilos de residuos químicos;
9.Es esencial contar con la comunidad internacional, pero denunciamos la estigmatización de nuestros campesinos y nuestros migrantes; no son traficantes, son trabajadores en busca de oportunidades;
10.Crear un grupo de trabajo de seguimiento integrado por todos los estados de la región, con el fin de avanzar en una construcción reflexiva y ajustada a las realidades de cada país, para abordar el problema mundial de las drogas sobre la base de este documento y, crear una Alianza Latinoamericana Antinarcóticos, como lo sugirió Bolivia.
Se trata de construir una visión común a partir de las reflexiones de este grupo y llegar, por cierto, a la Cumbre Internacional de Drogas, en 2025, con una visión común.