Bucaramanga se vistió de respeto y gratitud este 10 de octubre, Día del Veterano de las Fuerzas Militares y de Policía. En la Quinta Brigada del Ejército Nacional, los ecos de la marcialidad se mezclaron con la emoción civil en una jornada que rindió homenaje a quienes, con disciplina y sacrificio, ayudaron a construir el país que hoy habitamos.
La ceremonia comenzó con una eucaristía solemne, seguida por el acto central en el Campo de Paradas. Allí, entre uniformes, estandartes y aplausos, se entregaron reconocimientos a los veteranos. Pero fue un momento en particular el que detuvo el tiempo: el homenaje al Sargento Mayor (r) Manuel Jesús Vélez Cano, de la Policía Nacional.
A sus 99 años, Vélez Cano llegó en silla de ruedas, pero con el porte intacto. Oriundo de Venecia, Antioquia, dedicó más de tres décadas al servicio público en distintos rincones del país. Recibió la Estatuilla “Edificador de Paz”, símbolo de una vida que trascendió el uniforme para convertirse en legado.
“Su temple forjado en las filas se tradujo en una vida civil dedicada a la edificación de una nación más justa”, se escuchó en la voz de quienes lo acompañaron: el Mayor General (r) Oscar Hernández, el Brigadier General William Quintero Salazar, el coronel Gustavo Andrés Henao Sáenz y el coronel Gerson Iván Molina Cortés, entre otras autoridades.
El homenaje no solo miró hacia atrás. También exaltó el presente de estos héroes, que hoy son padres, madres, emprendedores, líderes sociales. Desde sus nuevos roles, siguen dando “pasos de honor”, aplicando los valores aprendidos para fortalecer la seguridad y el tejido social.
La jornada dejó un mensaje claro: el valor no caduca. El sacrificio de quienes vistieron el uniforme es semilla de patria, y su legado, como el del Sargento Mayor Vélez Cano, es faro para las nuevas generaciones.
Policía Nacional: Seguros, Cercanos y Presentes.
“El valor no tiene fecha de caducidad.








