La decisión de un juez de la república de derribar la estructura del puente Nariño entre límites de Bucaramanga y Girón provocó enfrentamientos entre las comunidades y el escuadrón antidisturbios de la policía.
A las 3 de la mañana, de este jueves 29 de junio cuando aún dormía la gente, llegaron al lugar fuerzas combinadas de ejército y policía para proteger a los obreros que colocaban vallas, andamios y cintas empleadas para aislar la estructura del puente de concreto de más de 90 años de servicio en límites de Bucaramanga y Girón.
La orden judicial se dio luego de que la Alcaldía de Bucaramanga realizara las mediciones topográficas de la ribera del río de oro, alrededor del puente Antonio Nariño utilizado diariamente por unas 5 mil personas, residentes en barrios y asentamientos de los dos municipios cuya conclusión fue que había oxidación en las columnas metálicas que sostenía la estructura y la totalidad de los materiales estaban corroídos y ponían en riesgo la vida de las comunidades.
De inmediato se iniciaron los trabajos de derribamiento de la estructura que terminaron en enfrentamientos con la fuerza pública.
El operativo estuvo apoyado por fuerzas combinadas de ejercito y policía y además contó con vigilancia de las personerías municipales, defensoría regional del pueblo y defensores de derechos humanos.
En el sector están los asentamientos la Bendición de Dios, Hacienda río de Oro, Brizas del Prado, los Parceleros.
Voceros de la comunidad anotaron que ahora es necesaria una nueva estructura que garantice el tránsito seguro de los residentes de los barrios Bavaria II, Brisas del Prado y Parceleros, así como de la vereda colindante El Carrizal (Girón).