Treinta familias campesinas de 22 veredas de Piedecuesta vivirán esta Navidad bajo un techo seguro, digno y propio. Lo que por años fue un anhelo postergado, hoy se convierte en realidad gracias al programa Vivienda Digna, impulsado por el alcalde Óscar Javier Santos Galvis, como parte de su compromiso con las comunidades más vulnerables del municipio.
Estas familias, que vivían en condiciones de pobreza extrema, ahora cuentan con una vivienda construida con criterios de habitabilidad, seguridad y dignidad. Más que estructuras de concreto, estas casas representan un nuevo comienzo: un espacio para soñar, criar, sembrar y vivir con esperanza.
“Este es un gobierno que no olvida al campo. Que entiende que la justicia social empieza por garantizar lo más básico: un hogar digno para quienes lo han dado todo por esta tierra”, expresó el alcalde Santos Galvis durante la entrega simbólica de las llaves.
La iniciativa no solo mejora la calidad de vida de estas familias, sino que también fortalece el arraigo rural, la seguridad alimentaria y el tejido comunitario. Cada vivienda entregada es fruto de una gestión articulada que prioriza la equidad territorial y reconoce el valor de quienes habitan las zonas rurales.
“Antes vivíamos en una casita de tabla, con goteras y sin baño. Hoy mis hijos tienen su cuarto, y yo puedo dormir tranquila”, compartió doña Mariela, beneficiaria del programa en la vereda El Polo.
La administración municipal reafirma su compromiso de seguir llevando soluciones reales a quienes más lo necesitan. Vivienda Digna es solo una de las estrategias que buscan cerrar brechas históricas y sembrar futuro en el campo piedecuestano.
Este diciembre, 30 hogares rurales celebrarán con alegría, calor de hogar y la certeza de que sí es posible transformar la vida cuando hay voluntad política y amor por la gente.








