Por años, José Vicente Mantilla Sepúlveda corrió sin moverse. Corría en su mente, en sus sueños, en la esperanza de que algún día su cuerpo pudiera seguirle el paso. A los 38 años, este santandereano oriundo de Matanza no solo volvió a correr: hoy lo hace por Colombia, por la vida y por quienes aún esperan un milagro.
Su historia comienza en una sala de diálisis, donde el tiempo se mide en gotas y la incertidumbre se vuelve rutina. Una enfermedad renal crónica de origen desconocido lo obligó a pausar su vida, a resistir sin respuestas, a mirar el mundo desde una camilla. “Fue muy duro”, recuerda. “Pasé meses enteros en diálisis, preguntándome por qué, esperando sin saber si llegaría el día”.
Ese día llegó. Hace cinco años, en el HIC Instituto Cardiovascular de Floridablanca, recibió un trasplante de riñón que no solo le devolvió la salud, sino también el deseo de vivir. Desde entonces, cada zancada es una celebración. Cada entrenamiento, una oración. Cada carrera, una forma de decirle al mundo que sí se puede.
Hoy, José Vicente brilla en la Selección Colombiana de Deportistas Trasplantados. En los Juegos Mundiales de Dresde (Alemania), compitió en pruebas de 5.000, 1.500, 100 y 400 metros planos. En esta última, cruzó la meta en tercer lugar, colgándose una medalla de bronce que pesa más por lo que representa que por lo que vale.
“Es una alegría inmensa después de tanto esfuerzo. Poder traerle este logro a mi país, a Santander y a la institución que me ha acompañado, es algo que no se puede describir”, dijo con la voz entrecortada al recordar el podio compartido con atletas de México y Alemania.
Pero su verdadera carrera no es contra el cronómetro. Es contra el miedo, el sedentarismo, la indiferencia. Corre para demostrar que un trasplante no es el final, sino el inicio. Corre para motivar a otros pacientes a moverse, a cuidarse, a donar. Corre para honrar a quien le dio una segunda oportunidad.
El doctor Juan Sebastián Gélvez Rueda, jefe de Nefrología del HIC, lo ha acompañado en ese trayecto. “José Vicente es ejemplo de adherencia, disciplina y alegría. Su riñón funciona óptimamente y su actividad física ha sido clave en su recuperación. Un paciente trasplantado no debe imponerse límites”, afirma.
Impulsado por esa convicción, José Vicente se prepara para correr los 5K de la categoría de pacientes trasplantados en la Media Maratón de Bucaramanga FCV, el próximo 12 de octubre. Será su tercera participación, pero esta vez con una meta distinta: inspirar.
“Sea cual sea el deporte, muévanse. Hagan ejercicio. Es la clave para seguir adelante. Y si quieren empezar con el running, los espero en la carrera”, dice con una sonrisa que corre más rápido que sus pies.
Desde Matanza hasta Dresde, desde la diálisis hasta el podio, José Vicente ha corrido una maratón de vida. Y aunque ha ganado medallas, su mayor triunfo es haber transformado el dolor en esperanza. Porque cuando el corazón late con gratitud, cada paso se convierte en testimonio.
La historia de José Vicente no solo inspira por lo que ha logrado, sino por lo que representa: la posibilidad de que una vida continúe en cuerpo ajeno, transformando el dolor en esperanza. En Santander, donde tantas familias enfrentan la pérdida inesperada de un ser querido, es urgente fortalecer la cultura de la donación de órganos. Porque decir “sí” a la donación es permitir que ese ser amado siga viviendo en otros, salvando vidas, corriendo nuevas carreras, escribiendo nuevos capítulos. José Vicente es testimonio de que el amor trasciende cuando se convierte en legado.








