Después de más de cuatro décadas de espera, el barrio Granjas de Julio Rincón inicia finalmente su proceso de formalización. Lo que durante años fue una promesa aplazada —entregarles a sus habitantes un territorio digno y legal— hoy comienza a convertirse en realidad.
Este avance se da en el marco del cierre de gestión del alcalde Jaime Andrés Beltrán Martínez, quien antes de dejar el cargo reafirma su compromiso con los aspectos sociales de su programa de gobierno. Entre ellos, la legalización de barrios nacidos tras procesos de invasión, cuyos habitantes han vivido históricamente al margen de los proyectos estatales y excluidos del sistema financiero por carecer de documentación formal.
Granjas de Julio Rincón representa una generación que creció sin acceso a créditos, sin obras públicas, sin presencia institucional. Hoy, con este paso hacia la legalidad, se abre la puerta para que la mano de la Alcaldía llegue finalmente a un sector que ha capeado necesidades con dignidad, resistencia y esperanza.
La formalización no solo implica títulos de propiedad: es el inicio de una reparación histórica, de oportunidades que por años fueron negadas. Es también una invitación a mirar de frente a las comunidades que construyeron ciudad desde los márgenes, y a reconocer que la legalidad debe ser un derecho, no un privilegio.
 
  
 







