“En Colombia no se ha permitido la organización obrera, no se ha permitido la organización de quien trabaja. Han asesinado a la organización, lo que han querido es la barbarie”, afirmó el presidente Gustavo Petro en el acto de reconocimiento público del sindicalismo como colectivo víctima del conflicto armado, que se realizó en Bogotá.
En su intervención ante trabajadores y representantes de organizaciones obreras y sindicales de la salud y educación, el mandatario hizo un recorrido histórico de la situación del sindicalismo en el país y en el mundo, y dijo que a los líderes y lideresas los silencian porque “piensan en los demás” y piden mejores garantías laborales y salariales para los trabajadores.
Lo que debería haber es una jornada laboral, días de descanso y un diálogo “entre el pueblo trabajador, la fuerza laboral, y el patrón”, porque “así se fundó realmente el capitalismo moderno. Fueron los obreros, fueron los sindicatos y los sindicalistas y las sindicalistas las que trajeron el desarrollo al mundo”.
“Los números están aquí. Los han repetido varias de las personas que han pasado por este atril. Sí, son 3.295 sindicalistas, hombres y mujeres, asesinadas. Es como las viejas masacres de obreros a principios del siglo XX, no hay mucha diferencia”, subrayó.
El presidente recordó: “Mi vida es testigo del genocidio que han cometido por la codicia y por la barbarie en Colombia contra el pueblo trabajador. Si se compara esta situación con lo ocurrido en las épocas de dictadura en Chile, estas cifras son mayores”.
“Es decir, quienes han desatado esta violencia en Colombia, los dueños de la codicia en Colombia son peores que (Augusto) Pinochet. Allá uniformado, aquí de corbata. Esa no es la diferencia. Puede tener uniforme, puede tener corbata, pero fue el de aquí más asesino que el del uniforme”, denunció.
Sobre la legitimidad del reconocimiento al movimiento sindicalista como sujeto de reparación anotó que “si algún día el pueblo colombiano vuelve a elegir la barbarie o se impone la barbarie sobre el pueblo colombiano, dirán que este reconocimiento no vale porque el presidente era de izquierda”.
“Pero este reconocimiento vale, porque la mayoría del pueblo nos eligió y con la fuerza de ese pueblo y de esa legitimidad puedo decir que el movimiento sindical colombiano fue víctima de la violencia en miles de asesinados por la codicia y por la barbarie. ¿Para qué? Para ganar más”, complementó.
Enfatizó que “esta historia, en donde les dicen a los niños y a las niñas, incluso en las escuelas, que el sindicalismo es malo, no debe repetirse. Sin sindicalismo no hay democracia”.
“Que Colombia transite a la democracia de verdad y entonces en la democracia de verdad —que es la base de la paz— se escuche la voz del pueblo trabajador y que en el acuerdo nacional lleguemos a las concertaciones, pero escuchando”, para que “el pueblo trabajador pueda participar en las grandes decisiones del Estado y de la empresa y del barrio y de la vereda y de Colombia. Esa será la democracia”.
El mandatario le solicitó a la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, que “en esto que se llama un plan de reparación colectiva, que hay que construir desde el Ministerio del Trabajo, se contrate centenares de organizadoras y organizadores de sindicatos en el país como una reparación verdadera para el movimiento sindical”.