Dos estudiantes estuvieron a punto de perder la vida, luego de ser embestidas por un vehículo particular cuando salían de la Institución Educativa El Pórtico, zona rural del municipio de Rionegro, Santander, ubicada frente a la vía nacional que comunica a Bucaramanga con la Costa Atlántica.
Una de las estudiantes sufrió fractura en su pierna izquierda. La segunda, además de fracturas en las piernas y brazo, tiene afectado un riñón.
“Las niñas están en recuperación, pero sí pasamos por un momento bastante triste, porque las niñas estuvieron delicadas de salud. Cuando nos informaron (del accidente) temíamos encontrarlas sin vida en el hospital de Rionegro”, manifestó Nora Pedraza, madre de familia.
“Hay que tenerla en cuidado por el riñón, debe estar en reposo absoluto y confiando en Dios que mi niña se recupere”, agregó Anayibe Lozano, madre de la otra menor lesionada en el accidente.
Desde años atrás, la comunidad educativa ha venido llamando la atención de las autoridades para prevenir estos hechos lamentables y dolorosos, pero no encuentra respuesta en ninguna entidad gubernamental.
Los acontecimientos le dan la razón a la comunidad. Por tratarse de una vía nacional con alto tráfico, se requiere con urgencia una serie de medidas para evitar que se vuelvan a repetir hechos lamentables.
Estudiantes, docentes y padres de familia han reclamado del Instituto Nacional de Vías, INVÍAS, la construcción de reductores de velocidad y una mejor señalización.
Ante la falta de compromiso del INVÍAS, esperan acciones de los funcionarios de la Alcaldía de Rionegro y de la Gobernación de Santander, que parecen desinteresados ante esta grave situación que pone en riesgo la vida de toda la comunidad.
“Dos estudiantes estuvieron a punto de perder la vida y no escuchamos pronunciamiento alguno por parte del Alcalde o del Gobernador”, coincidieron en afirmar varios padres de familia. Los gestos de solidaridad y apoyo los brindaron los miembros de la comunidad.
Una propuesta que tiene la comunidad es que el colegio sea reubicado en un lugar más seguro, lejos de la vía principal y con mejores condiciones de infraestructura.
“Mientras hay la voluntad política de los funcionarios del Estado para la compra de un terreno y los recursos para la construcción, tienen que dar una solución inmediata, y son los reductores de velocidad”, precisó Janeth Lagos, rectora de la institución educativa.
Pero El Pórtico tiene un riesgo adicional: está construido en una ladera que podría derrumbarse en cualquier momento.
“Hace un año ya hubo un deslizamiento por lluvias. La cancha está sobre un precipicio”, explicó Karla Edith Oviedo, contralora escolar.
La infraestructura no brinda garantías para una educación digna y de calidad. Hacinamiento en las aulas, escasez de agua, falta de baterías de baños, entre otros, es el pan de cada día en esta institución educativa, como lo señalan los estudiantes Nikolle Blanco y Kevin Díaz.
Por tratarse del sector rural, los estudiantes deberían tener el apoyo de la Gobernación para el servicio de transporte escolar, pero tampoco ha sido posible. Ese gasto lo asume la comunidad.
El reto para garantizar que los estudiantes de El Pórtico reciban educación en condiciones dignas está en manos de los mandatarios de turno y de los venideros, pero la pregunta que se hace la comunidad es: ¿quién escucha y quién actúa?