Solo un grupo de taxistas participó en la jornada de protesta programada en todo el país para este 22 de febrero.
La división también se presentó entre las organizaciones que agrupan a los taxistas en Bucaramanga y el área metropolitana.
Mientras algunos dirigentes en Bogotá convocaban a los conductores a salir a las calles en ´plan tortuga´, otros líderes nacionales y locales manifestaban que la protesta no tenía justificación.
El líder Hugo Ospina no participó, al considerar que el paro estaba dirigido al Gobierno Nacional por el tema del transporte ilegal e informal y ese tema es competencia de los alcaldes, más no de la Presidencia de la República.
Además reconoció que el Gobierno Nacional ha tomado medidas en beneficio del gremio amarillo, entre otras, el derecho a la reposición de los vehículos, la eliminación de los paz y salvos para acabar con el abuso de algunas empresas. Agregó que se acaba con el abuso de autoridad por el sello del tarjetón de tarifas.
“El Gobierno benefició a miles de taxistas, como yo, que compré mi Soat con el 50% de descuento”, sostuvo Ospina.
En Bucaramanga, el dirigente Carlos Rangel denunció que el paro no se justificaba porque su objetivo era defender los interés particulares de un gran propietario de vehículos.
Coincidió con Ospina en el tema de exigirle a los alcaldes que realicen acciones en contra de la piratería y que aprueben el pico y placa metropolitano.
Independiente de las divisiones del gremio amarillo, un sector realizó el ´plan tortuga´ de manera pacífica en el área metropolitana.