La educación en Santander se ve amenazada por una crisis sin precedentes, ya que cerca de 300 profesores han renunciado a sus plazas, dejando a numerosos colegios urbanos y rurales funcionando a medias. Esta situación ha dejado a más de un centenar de niños sin recibir una educación adecuada, sumiendo a comunidades enteras en la incertidumbre sobre el comienzo de clases efectivas.
Según la secretaria de Educación de Santander, María Paola Suárez cerca de 113 docentes de los 1.500 posesionados el pasado 24 de marzo, nombrados en Santander por concurso no aceptaron sus cargos, lo que ha colocado en dificultades el sistema educativo del departamento.
“Varios colegios de diferentes municipios del departamento de Santander se encuentran sin docentes por cuanto 153, que se ganaron el concurso y se posesionaron del cargo, al llegar a su destino final decidieron renunciar dejando las vacantes”, anotó la funcionaria.
Se pudo establecer que a la fecha faltan por nombrar 79 docentes por vacancias definitivas y que pese y al traumatismo que ha generado tal situación; el gobierno departamental ha avanzado en más de 1.600 posesiones de docentes.
La entidad territorial, además, añadió que 50 docentes tienen incapacidades médicas, situación que vuelve más compleja la falta de educadores en las aulas de clase.
Ante esta posición y el interrogante de qué pasa con los colegios y estudiantes que se están quedando sin maestros, la Secretaría de Educación del departamento precisó que cada deserción debe ser reportada a la Comisión Nacional del Servicio Civil-CNSC, la cual tendrá que habilitar nuevamente el proceso de audiencias, para agotar las listas de elegibles que quedaron pendientes y designar nuevos maestros para estas zonas.
Finalmente la secretaría de Educación de Santander, María Paola Suárez afirmó que la CNSC plantea que, al menos durante seis meses, quienes renunciaron al cargo no pueden volver a concursar para otro empleo en el sector público.