El caos vehicular continúa en Bucaramanga por los constantes apagones en la red de semáforos en algunos puntos críticos. Las fallas, provocadas por variaciones en el suministro eléctrico y la obsolescencia de los equipos, obligan a reprogramar los dispositivos desde un centro de control, lo que puede dejarlos en estado intermitente durante horas y agrava la congestión en las vías más transitadas.
El concejal Cristian Reyes, ponente de un proyecto para modernizar la red semafórica, advirtió que estos dispositivos ya cumplieron su vida útil, pues muchos tienen más de 40 años y fueron donados hace décadas. “Tenemos una red semafórica obsoleta”, afirmó Reyes, quien además señaló que el municipio recibe cerca de 15 mil millones de pesos anuales para seguridad vial, recursos que deberían invertirse en la actualización del sistema. Solo el cambio de la red en la carrera 27 podría costar alrededor de 60 mil millones de pesos, según un estudio reciente.
La Dirección de Tránsito, por su parte, reconoció que los semáforos más modernos de la ciudad fueron donados por Bogotá hace aproximadamente una década y que el sistema actual, con cableado de cobre y tecnología mixta, es vulnerable a daños por fluctuaciones eléctricas y difícil de mantener. El Concejo Municipal citó a un debate de control político para exigir explicaciones y soluciones, y se propuso que la modernización incluya cableado de fibra óptica, contadores de tiempo y sensores de tráfico, financiada en fases con recursos del Impuesto Vehicular Departamental.
Mientras se define el plan de modernización, las autoridades han desplegado reguladores viales en las intersecciones más problemáticas para mitigar los riesgos y mejorar la movilidad. Sin embargo, la ciudadanía exige acciones concretas y rápidas, pues la seguridad y eficiencia vial de Bucaramanga dependen de una red semafórica confiable y adaptada a las necesidades actuales.