Tres uniformados de la Policía Nacional murieron en una serie de ataques violentos registrados en diferentes regiones del país, en una jornada que ha generado consternación y preocupación por la seguridad nacional. Las víctimas fueron identificadas como el capitán Juan Carlos Amaya Méndez, asesinado en Sonsón, Antioquia; el patrullero Duván Andrés Ramírez Cárdenas, muerto en Villa Rica, Cauca; y el patrullero Jair Gonzalo Gurrute Bolaños, quien perdió la vida en Caloto, Cauca.
El capitán Amaya Méndez fue atacado por presuntos integrantes del Clan del Golfo mientras realizaba labores de inteligencia en la vereda La Linda, corregimiento San Miguel, en Sonsón. Los agresores, que se identificaron falsamente como policías, sorprendieron al oficial y a su equipo durante una operación antinarcóticos. En Cauca, el patrullero Ramírez Cárdenas falleció tras un ataque con explosivos cerca de la vía Panamericana en Villa Rica, mientras que Gurrute Bolaños fue víctima de un disparo de francotirador en Caloto, en medio de una escalada de violencia atribuida a grupos armados ilegales.
Las autoridades reportaron que estos hechos forman parte de una ola de atentados que, solo en la última jornada, dejaron al menos siete muertos y más de una docena de heridos en el suroccidente del país. Se trata de una de las peores arremetidas guerrilleras desde 2022, con ataques coordinados que incluyeron explosivos y tiroteos en varias zonas de Cauca y Antioquia, intensificando el temor y la indignación en la población civil.
La comunidad y las autoridades han exigido al gobierno central reforzar la seguridad y garantizar la tranquilidad en las regiones afectadas, donde la presencia de grupos armados ilegales sigue alterando el orden público y cobrando la vida de miembros de la fuerza pública y civiles. El director de la Policía Nacional, general Carlos Fernando Triana, condenó los hechos y reiteró la necesidad de intensificar la ofensiva contra el crimen organizado para proteger a la ciudadanía.