Muy preocupante la situación democrática en Venezuela en donde se manifiestan resultados antagónicos al anhelo expresado por los venezolanos.
Las democracias del mundo no pueden permitir que se falsee la voluntad popular. Las calles y los sondeos a boca de urna hacían ver que la oposición tenía una amplia mayoría. Encuestas como Datincorp ubicaba a Edmundo González con el 50.25% de los votos, mientras que Nicolás Maduro solo alcanzaba el 18%; así como Hercon Consultores mostraba a la oposición con un 58,8%, frente a 22,5% de Maduro.
La falta de observadores imparciales y la poca transparencia del poder electoral hicieron intuir resultados ampliamente adversos al oficialismo.
La farsa electoral fue grosera y cínica. Este precedente antidemocrático es intolerable, la democracia debe respetarse. Todos los gobiernos democráticos deben rechazar lo sucedido.