“No lleven a Colombia al pasado, a la barbarie de antes”, pidió de forma vehemente el presidente Gustavo Petro Urrego al intervenir en el Acto de Reconocimiento Público al movimiento sindical como colectivo víctima del conflicto armado interno.
El jefe de Estado se refería de esta manera a los hechos que ocurrieron esta semana en la vereda Bocas del Manso, zona rural de Tierralta, Córdoba, donde un grupo de hombres con uniforme, al parecer orgánicos de la Séptima División del Ejército, amenazaron a la comunidad y se excedieron en el uso de la fuerza contra la población civil.
“Esa no es la Colombia que queremos, no es lo que intentaba hacer el grupo de soldados jóvenes sin saber ellos qué pasaba cuando se disfrazaron de miembros del ‘Estado Mayor Central’ de las disidencias (de las antiguas Farc) en el sur de Córdoba”, dijo.
El mandatario se preguntó “¿qué buscaban quienes dieron la orden?”, y consideró que el mensaje de estos hechos era para decirle a la sociedad en general “¡Uy, este gobierno está hundiendo a Colombia en el desorden, en el caos, hay que poner orden!”.
El presidente Petro advirtió que el mensaje “iba directo” hacia un grupo social específico: los hacendados de Córdoba.
“El mensaje iba para ellos, porque antes les habían mandado una carta por ahí, diciendo que organizaran las brigadas, porque no se podía dejar que organizaran el campesinado”.
Las brigadas a las que hizo alusión el presidente Petro son las ‘Brigadas Solidarias Ganaderas’, una figura que según Fedegán (el gremio de los ganaderos) busca ofrecer apoyo jurídico a los ganaderos y hacendados para la defensa pacífica de la propiedad privada.
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“Los que dieron la orden de los hechos de ayer es porque quieren que los hacendados vuelvan a ser paramilitares. Es decir, a que repitamos esta historia. Yo les digo -dijo el jefe del Estado-, no deben ser estúpidos en eso”.
Instó a las Fuerzas Militares a no prestarse para ese tipo de iniciativas. “Ningún soldado se debe prestar otra vez a fusilar a un jovencito y a matar campesinos. Eso no puede ser en Colombia. Ningún soldado de la patria se puede prestar a ese tipo de órdenes. Porque eso sólo nos lleva a la barbarie”.
Con ese tipo de acciones “el Ejército de Colombia no se llena de gloria ni de honor. Se llena es de sangre. Se llena de indignidad. Ese no es ese el camino. El camino lo dijo Bolívar: ‘Maldito el soldado que apunte su arma contra el pueblo. No apunten las armas contra el pueblo’”, reiteró.
El Presidente hizo un llamado a los grandes hacendados del país, al explicar que en vez de defender su propiedad a la fuerza mejor le venda al Gobierno la mitad de sus tierras para impulsar la reforma agraria.
“Les digo a los hacendados de Córdoba, la propuesta del gobierno es simple, es fácil: les estamos comprando, no la hacienda, sino la mitad de la hacienda a precio comercial. Pagamos para que un campesino pueda tener una parcela y se cultiven alimentos en Córdoba. Es un negocio para el hacendado, para el campesino y para el país. ¿Para qué van a acudir a esos llamados de sirena volviendo un paramilitarismo que mató a los mismos hacendados en Córdoba?”, dijo.
Recordó que en esa historial de violencia generada por el paramilitarismo los propios hacendados también pusieron su cuota de sangre.
“A ellos también les quitaron su tierra, hay que devolvérsela. El camino de Colombia -explicó- no es entonces con unos hacendados embrutecidos matando campesinos porque sí, porque el campesinado simplemente quiere hacer un surco en la tierra para sembrarle la comida a los que en las ciudades”.
El primer mandatario formuló dos llamados finales sobre este tema: primero, “el camino no es aliarse a un empresariado que cree que la ganancia nace volviendo al trabajador un esclavo, extendiendo las jornadas”.
“Ese camino es el de la barbarie y del pasado, no lleven a Colombia al pasado, no a la barbarie de antes. Hay que llevar a Colombia es al futuro, esa es la esperanza”, concluyó.