Ocho altos mandos militares reconocieron ante la JEP su responsabilidad en 49 falsos positivos en Dabeiba e Ituango, Antioquia. Los hechos se presentaron entre 2002 y 2006, durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez y el ministerio de Defensa a cargo de Juan Manuel Santos.
En esta ocasión, 2 coroneles, 2 mayores, 3 sargentos y un soldado asumieron el asesinato de campesinos presentados como guerrilleros muertos.
El sargento (r) William Capera tomó la palabra en la diligencia dialógica para invitar a sus compañeros del Ejército que no se han acogido a la JEP, que según él, tienen miedo y prefieren pagar una condena en la cárcel.
«La JEP es una realidad. La justicia es una realidad y que las personas a las que les hicimos daños merecen saber la verdad. Colombia entera lo merece conocer lo que pasó. Que no sigan siendo esclavos del silencio», les dijo Capera a los militares que están en la cárcel.
El sargento (r) Fidel Ochoa señaló ante el auditorio: “Ya escucharon cómo se practicaron estos bochornosos hechos. Quiero aprovechar este escenario para limpiar el nombre de las personas. Tras que les quitamos la vida, manchamos su nombre”.
La evidencia judicial, documentada por la JEP, indica que de los 49 cuerpos de víctimas de desaparición forzada hallados en el cementerio ‘Las Mercedes’, de Dabeiba, 17 de ellos, corresponderían con las características de habitantes de calle.
Al final de la diligencia, las víctimas hicieron un pacto simbólico entre los magistrados, las víctimas y los comparecientes bajo una sola consigna en la que, al unísono, todos pronunciaron: “Unidos lograremos la paz que anhelamos”.