Desde el año 2004, el Departamento de Santander conmemora el 13 de mayo como el Día de la Santandereanidad, para resaltar los valores culturales, de una raza auténtica, de carácter fuerte (donde expresan dichos como: No estoy arrecha yo hablo así).
El departamento esta conformado por 87 municipios, siete provincias y un Distrito especial y 477 inspecciones de Policía.
Las provincias se identifican como: García Rovira, Guanentá, Comunera, Metropolitana, Yariguíes, Soto Norte y Vélez.
El santandereano tiene una habilidad impresionante para ejercer la agricultura, la pesca, la minería, el comercio y la venta de servicios. Además, es jovial (el saludo siempre es “Quibo mano, es buen conversador y con expresiones tan auténticas que cuando controvierte una opinión el dicho es “Deje de ser tan pingo”.
Santander es una venta para el mundo en historia, minería desarrollada especialmente en los municipios de Vetas y California, y del yeso en la Mesa de los Santos y potencialidades como los hidrocarburos con el complejo de la refinería de Ecopetrol principal fuente de economía en Barrancabermeja.
Santander es un referente del turismo, por la majestuosidad de los paisajes y atractivos naturales en los que se encuentra el espigado “Cañón del Chicamocha”, al igual los parques temáticos del Santísimo localizado en Floridablanca y el nacional del Chicamocha, anclado en San Gil zona turística de otras atracciones como: el parque natural Gallineral, la práctica de deportes de riesgo tales como: rafting, exploración de cuevas, barranquismo, rapel y parapente), emociones que solo encuentra en un departamento.
Sin duda la riqueza de su gastronomía que conservan los sabores de las abuelas; el mute, el cabro, el sancocho trifásico, la sobrebarriga y de pichón, la carne ‘oreada’ o seca, las arepas de maíz, el tamal y el plato afrodisiaco con las hormigas culonas.
No se puede enumerar más de toda la riqueza que tiene el departamento de Santander, porque solo resta decirles a colombianos y extranjeros que aquí los esperamos con los brazos avientos para seguir enseñándoles dichos muy de la región como: «Deje de joder porque le dan en la jeta, usted mucho hablar paja, usted me esta mamando gallo», entre otras.