Metrolínea sigue en crisis mientras en Bucaramanga se esperan respuestas puntuales del Gobierno Nacional ante la solicitud que hizo el alcalde Juan Carlos Cárdenas para reestructurar el ente gestor.
El mandatario local planteó que para salvar Metrolínea se deben repartir las responsabilidades entre los alcaldes metropolitanos y solicitó recursos para la operación del sistema e incluir flota con energías limpias.
Los usuarios dejaron de utilizar el sistema por la baja frecuencia de los buses y porque las rutas no cubren barrios populares, donde está la mayor cantidad de pasajeros, vacío que atiende el transporte informal.
El mismo alcalde Juan Carlos Cárdenas había advertido que desde su concepción el sistema ha estado en crisis:
«Inició con un modelo financiero que planteaba 80 millones de pasajeros/año, pero hasta ahora, en el mejor año, tuvimos 40 millones de pasajeros/año, es decir, en el mejor escenario solo llegamos a la mitad de lo estipulado.
A pesar de recibir un sistema estructuralmente quebrado, con la pandemia su estado se agravó: Entre febrero y abril de 2020 los pasajeros se redujeron en más del 75% y actualmente el sistema cuenta con apenas un 50% de la demanda que tenía antes de la pandemia.»